Las lámparas quirúrgicas iluminan el área quirúrgica para lograr una óptima visualización de los objetos pequeños de bajo contraste a profundidades variables en incisiones y cavidades del cuerpo. Debido a que las manos, las cabezas y los instrumentos pueden obstaculizar el campo quirúrgico, estas lámparas están diseñadas para reducir las sombras y minimizar la distorsión del color. También están hechas para funcionar durante períodos extendidos de tiempo sin emitir calor excesivo, el cual podría causar incomodidades o secar los tejidos en el área quirúrgica.
Principios de funcionamiento
Una lámpara quirúrgica consta característicamente de uno o múltiples ensamblajes de cabezales de luces unidos a un brazo de suspensión, que permite el movimiento vertical y circular. El brazo de suspensión por lo general está conectado a un adaptador inmóvil, sobre el cual puede rotar el brazo. La lámpara está configurada para un posicionamiento flexible utilizando manijas esterilizables o mangos no estériles (rieles curvos), y se puede equipar con frenos y detenciones automáticas, que controlan el posicionamiento mientras mantienen una distancia adecuada por encima y alrededor del sitio quirúrgico. El soporte para el alumbrado quirúrgico se puede instalar en un punto fijo en un techo o una pared, o se puede colocar a lo largo de un riel montado en el techo.
En el caso de las lámparas instaladas en el techo (cielíticas), uno o más transformadores se localizan ya sea por encima del acabado del techo o en una caja de control remoto instalada sobre la pared, para convertir la línea de voltaje entrante en el voltaje mínimo requerido para la mayoría de los bombillos. Casi todas las lámparas quirúrgicas tienen controles de atenuación, y algunas también ofrecen un tamaño de campo ajustable para reducir la iluminación de la periferia del sitio quirúrgico (donde las reflexiones y el resplandor de las indumentarias, esponjas o instrumentos puede ser una fuente de incomodidad para los ojos).
El nivel de iluminación se mide en bujías-pie o lux (1 bujía-pie equivale a 10 764 lux). A 1 ó 2 bujías-pie se considera que una habitación está oscurecida, pero los objetos grandes pueden ser vistos; para leer y realizar otras actividades visuales habituales se requieren entre 20 y 200 bujías-pie. La Sociedad de Ingeniería de Iluminación de Norteamérica (IESNA) recomienda un nivel mínimo de iluminación de 2 500 bujías-pie en el área quirúrgica, cuando la lámpara está situada a una distancia de un metro por encima del área; sin embargo, algunos cirujanos prefieren 3500 bujías-pie o más para ciertos procedimientos
Fuente: https://www.elhospital.com/temas/Lamparas-quirurgicas+8057613#:~:text=Las%20l%C3%A1mparas%20quir%C3%BArgicas%20iluminan%20el,incisiones%20y%20cavidades%20del%20cuerpo.